La melodía que se escucha con la piel.

Angham se abre como la primera nota de un canto ancestral.
Una salida luminosa y especiada se despliega con la elegancia de una voz que llena un majlis silencioso: fresca, clara, vibrante. Es el inicio de una melodía árabe que no se escucha con los oídos, sino con el alma.

A medida que la fragancia avanza, su corazón empieza a latir más fuerte.
Flores intensas, miel suave y maderas cálidas se mezclan como instrumentos afinándose en perfecta armonía. Aquí el perfume se vuelve emocional, íntimo, casi ritual: es el momento en que la música toca algo profundo dentro de uno y el tiempo parece detenerse.

La base se posa con la profundidad del ámbar, la suavidad del oud, resinas doradas y un sutil dejo de vainilla que envuelve la piel como un eco dulce que se niega a desaparecer. Es la última nota de una canción que queda vibrando en el aire incluso cuando ya terminó.

Angham es melodía hecha perfume.
Una composición que abraza, envuelve y emociona.

Una fragancia para quienes viven entre sensaciones,
para quienes buscan un aroma que no solo se lleva…
se interpreta.